¿POR QUÉ TANTO ODIO?

Aunque esté nublado siempre se cuela un rayo de sol por el callejón que desemboca frente a mi ventana. La abro temprano y me invade la frescura de la brisa marina.

Salgo de casa para aprovechar la mañana. Tomo un café en el hermoso establecimiento situado frente al puerto, en el que siempre hay una sonrisa esperándome tras la barra.

Tras leer las noticias del día doy un paseo. Me encuentro con el paisanaje, intercambiamos saludos y palabras cómplices. Las nubes se van apartando y el cielo esparce toda su claridad.

Vuelvo a casa y la inspiración se hace dueña de mi espíritu. Qué hermosa melodía, espero no olvidarla.

Disfruto de la comida temprano, y después agarro mi vieja bicicleta, montura fiel y compañera, y salgo rodando hacia mi lugar de trabajo, junto a la playa.


Recorro el paseo recréandome con el paisaje y las muchachas en su plenitud, bronceadas por el calor del verano. Vaya, yo también estoy moreno, y en mi peso ideal.


Cruzo el puente y me detengo, como todos los días, a ver a la pareja de ánades que se balancea sobre las plácidas aguas del riachuelo. Les sigue un polluelo, que descubre el mundo guiado por sus amantes padres ¡ resulta tan gracioso!


Por el sendero que abraza la laguna las lagartijas, traviesas, desaparecen en la espesura a mi paso, y las flores exhiben colores inusitados.


Llego a mi puesto laboral y cumplo con mi deber: me siento, navego por la red de redes escogiendo entre los contenidos que me ofrece, tomo un café en ambiente de sana camaradería, me asomo al mar de azul intenso y calmo, departo con gentes venidas de todos los rincones del mundo y me despido hasta mañana cuando el atardecer acaricia el horizonte.


La noche cae y, coqueta, me seduce con su misterio. Entre bromas y juegos disfruto de la mejor compañía ¿Acaso hay algo mejor que tomarse unas cervezas con los amigos?


En el calor de la madrugada descubro el fuego de unos ojos ardientes y negros que me desnudan. La mañana nos encuentra abrazados.

Comentarios

O Funguiño ha dicho que…
Tengo una duda que me corroe y creo que es muy importante aclarar porque el final de la historia podría cambiar mucho. Veamos, escribes: "En el calor de la madrugada descubro el fuego de unos ojos ardientes y negros que me desnudan. La mañana nos encuentra abrazados."

Ya, claro. La cuestión es, ¿descubriste de madrugada "ojos ardientes y negros" o, la cosa es que descubriste "ojos ardientes" y, aparte, "negros que me desnudan"? Yo me quedo con la segunda por lógica, ya que la frase final encaja mejor, además, ¿cómo ibas a abrazar ojos ardientes? Pues eso, acláralo porfa, para saber a que atenerme cuándo te encuentre en la taberna. Gracias.
ferreirós ha dicho que…
Muy bueno llisus, no se te escapa ni una cuando tu querencia por todo lo fungiforme salta a la luz.Se supone que me despierto abrazado a la dueña de los ojos ardientes y negros. Me permite obviarlo porque presupongo que el lector es lo bastante perspicaz...abrazado a los negros,jajajaja, qué bueno, cabrón
O Funguiño ha dicho que…
No sé si me convences... Lo que sí sé es el ojo que tú tenías "ardiente" esa mañana...
... ha dicho que…
JAJAJAjajajjajJAJAjajajJAJjJAJa
Entre los dos me habéis alegrado el día.

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