"Yo quiero lo que pienso que quiero cuando pienso que lo quiero, al igual que todos los hombres."

W. Faulkner, Retrato de Elmer



MOONLIGHT SALOON

XIX

Entro en el saloon, donde hay un gran barullo. Hay una lámpara enorme, más grande que una rueda de carro, en el techo, en la que hay encendidas cientos de velas. La gente bebe, juega, se pelea, acorrala a las coristas. Me voy a un rincón de la barra desde el que puedo observar. Y ahora, entre todo el jaleo, con el piano sonando y los hombres gritando, riendo y cantando, distingo a alguien que silba, silba la canción, la silba para sí, la oigo aunque está al otro extremo de la estancia. Nos cruzamos las miradas y se levanta, es un chico, apenas un niño, que se acerca hacia mí silbando la canción. Ya está a mi lado, echa la mano al revólver, yo hago lo propio, pero entonces él sale corriendo y desaparece en la oscuridad de la calle. Va a avisar al Tuerto. Es sólo un niño. Espero no tener que matarlo.
Miro hacia fuera. Ya no llueve. Pido un güisqui y el barman me sonríe mientras me lo sirve ¿Por qué sonríe? Vuelvo a mirar hacia fuera.
Se acercan caballos. De la sombra surgen tres jinetes. Vienen hacia la puerta mientras los caballos se pierden en la oscuridad. Es el Tuerto con dos secuaces. El Tuerto es sólo pellejo y huesos; no estoy seguro de que esté en el mundo de los vivos. Sólo espero que pueda morir. En el párpado cerrado lleva un sol tatuado. En cuanto me localiza el sol arde como si se lo acabaran de marcar. Sus dos secuaces son tipos fornidos que no se despegan de su espalda. El Tuerto se queda quieto en el medio del saloon, desenfunda su revólver de plata y me dispara. Me agacho tras mi esquina de la barra y ésta salta en astillas. Escucho la canción. Todo el saloon irrumpe en disparos, vuelan las botellas, se vuelcan las mesas. Yo escucho la canción y desenfundo.
Le apunto agazapado tras lo que queda de la esquina de la barra. La gente corre, grita, dispara, y se cruza en la línea de tiro. Disparo y le doy a uno de los secuaces en la rodilla, se cae y el otro secuaz me dispara mientras el Tuerto parece haber desaparecido.

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