EL BEL CANTO (vol.1)
Otro año más haciendo bulto en el Festival Mozart, aunque es esta una temporada llena de novedades en cuanto a la relación producción- figurantes: para empezar esta vez vi los toros líricos desde la barrera, ya que yo era uno de los dos "reservas" que tenían que ir a todos los ensayos por si algún titular se ausentaba o se descoyuntaba, y lo mejor de todo es que cobraba lo mismo que ellos. Hasta donde yo sé, lo nunca visto.
Además, este año no nos dieron entradas de gratís para amijos y familiares que quisiesen emocionarse con el bel canto, sólo invitaciones para el ensayo general, que es prácticamente lo mismo pero con niños en el público. Yo vi la ópera entera en el susodicho ensayo general. Se me olvidaba decir que fue El Rapto en el Serrallo, de Mozart, la primera que vi en mi vida desde fuera, pensando "claro, el que la ve desde aquí no se imagina cómo hacemos el túzaro los que estamos detrás y lo que cuesta aguantar la risa". La verdad es que me gustó (si me dices hace 5 años que iba a ver una ópera entera y me iba a molar, me descojonaba en tu cara), el final era harto emocionante, con el pachá mostrando su magnanimidad al perdonarle la vida a los enamorados.
Otra novedad es que nos cogieron a 8 de los figurantes (6 tíos y 2 damas) para actuar en la otra ópera, representada en el Colón, Cosí Fan Tutte. Era el día del estreno, al que estaban invitados los peces gordos, y tuvimos que darles el programa a la entrada y a la salida una rosa a las señoras disfrazados de Robespierre (aunque yo me parecía más a George Washington y Sergio al Barón de Munchausen, o como se escriba, y las chicas en plan Mariantonieta) y con cara y actitudes dieciochescas. Nos sacaron miles de fotos con cámaras gigantes, pero no sé quién lo hizo, ya que en La Voz y en La Opinión no salieron nuestros jetos. Yo sólo tengo una foto mía, pero sólo con la peluca blanca y en calzoncillos. esta ópera duraba tres horas y no podíamos salir de allí, ya que nuestra ropa se había quedado en el Palacio de la Ópera. Me senté en el suelo del pasillo y me quedé sobado, apoyado contra la pared, con esas pintas. Cuando desperté, Sergio dormía acostado en el suelo y sin zapatos. Algo digno de ver.
Además, este año no nos dieron entradas de gratís para amijos y familiares que quisiesen emocionarse con el bel canto, sólo invitaciones para el ensayo general, que es prácticamente lo mismo pero con niños en el público. Yo vi la ópera entera en el susodicho ensayo general. Se me olvidaba decir que fue El Rapto en el Serrallo, de Mozart, la primera que vi en mi vida desde fuera, pensando "claro, el que la ve desde aquí no se imagina cómo hacemos el túzaro los que estamos detrás y lo que cuesta aguantar la risa". La verdad es que me gustó (si me dices hace 5 años que iba a ver una ópera entera y me iba a molar, me descojonaba en tu cara), el final era harto emocionante, con el pachá mostrando su magnanimidad al perdonarle la vida a los enamorados.
Otra novedad es que nos cogieron a 8 de los figurantes (6 tíos y 2 damas) para actuar en la otra ópera, representada en el Colón, Cosí Fan Tutte. Era el día del estreno, al que estaban invitados los peces gordos, y tuvimos que darles el programa a la entrada y a la salida una rosa a las señoras disfrazados de Robespierre (aunque yo me parecía más a George Washington y Sergio al Barón de Munchausen, o como se escriba, y las chicas en plan Mariantonieta) y con cara y actitudes dieciochescas. Nos sacaron miles de fotos con cámaras gigantes, pero no sé quién lo hizo, ya que en La Voz y en La Opinión no salieron nuestros jetos. Yo sólo tengo una foto mía, pero sólo con la peluca blanca y en calzoncillos. esta ópera duraba tres horas y no podíamos salir de allí, ya que nuestra ropa se había quedado en el Palacio de la Ópera. Me senté en el suelo del pasillo y me quedé sobado, apoyado contra la pared, con esas pintas. Cuando desperté, Sergio dormía acostado en el suelo y sin zapatos. Algo digno de ver.
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